Caminando em La Aguas

CAMINANDO EN LA AGUASHebreus 11.1
Primero quiero darles las gracias por sus oraciones, y quiero contarles que gracias a nuestro Señor Jesús y a todos ustedes, mi familia y yo disfrutamos de las mejores vacaciones que hemos tenido.

Se que no tengo que decirles esto, pero aunque estábamos lejos en distancia, nuestras oraciones, mentes y espíritus estaban aquí con todos ustedes, aquí en la iglesia. Después de haber oído estos preciosos testimonios, quiero hablarles de que fue lo que hizo posible que sucedieran. Seguramente podemos describir de muchas maneras lo sucedido, pero cuando llegamos al punto, solamente existe una palabra que lo dice todo.



Existe solo una palabra que lo describe todo, que da la mejor descripción, esa palabra es "Fe." Busquemos la definición de esta palabra tan poderosa.

Hebreos 11:1 - Es, pues, la fe la certeza que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Manteniendo esta definición en mente, quiero que ahora busquemos en nuestras Biblia a Mateo 14:24-34. Vamos a examinar estos versículos detalladamente para ver como aplican en nuestras vidas hoy en día.

Mateo 14:24-34 - Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.

Lo primero que es muy evidente aquí es que los discípulos se encontraban en una gran dificultad. Ellos estaban siguiendo a Jesús y le estaban obedeciendo, pero ahora se encontraban en lo que aparentaba ser una situación peligrosa, una situación cual les podía costar la vida.

Ellos se encontraban en el medio del mar y esta gran tormenta se desato.
¿A estado alguien aquí en una situación como esta?, ¿Se a encontrado alguien aquí en una situación o problema que aparenta no tener solución? Yo no se ustedes, pero yo puedo decir que si.

Estoy seguro que si nos ponemos a pensar sobre estas cosas todos podemos pensar de algo semejante en nuestro pasado, o quizás que estemos pasando por algo semejante en este mismo momento.

Puede ser que nos encontremos en el medio del mar en una barca que se esta hundiendo, y con poca oportunidad de sobre vivir.

Puede ser que nos estemos preguntando
¿que pasara ahora? Como pudimos ver en los versículos 25-26, ellos vieron a Jesús caminando sobre las aguas hacia ellos y se asustaron. Ellos pensaron que era un fantasma.

Paremos aquí un momento y vamos a analizar esta situación.

Este tipo de incidente ocurre en nuestras vidas a diario.
Empezamos siguiendo a Jesús y siendo obediente a Su palabra.

Entonces nos encontramos en situaciones incomodas y oramos para que Él nos ayude. Por supuesto Él siempre esta presente y nos da la respuesta, pero en muchas ocasiones la respuesta es tan simple que nosotros actuamos tal como los discípulos. Nos asustamos porque nos decimos "no puede ser todo tan fácil."
¿Se puede acordar alguien aquí de una situación similar? Estoy seguro que todos aquí podemos acordarnos de tres a cuatro cada uno. Entonces decidimos "bien, lo tratare de esa manera", y empezamos a resolver el problema con la respuesta dada por el Señor. En si empezamos a caminar sobre las aguas. Pero al igual que Pedro, tomamos unos cuantos pasos y nos sorprendemos de lo fácil que en realidad es la solución. Quitamos nuestra mirada de Él, quien lo hizo todo posible y empezamos a mirar a nuestro alrededor. Empezamos a mirar hacia abajo y a nuestro alrededor. No nos vemos en victoria, si no nos vemos en medio de una gran tormenta.

Nos empezamos a dar cuenta que la situación o dificultad es en realidad mucho más grande y peligrosa. Nos asustamos; es entonces cuando llega el enemigo y empieza a poner dudas en nuestras mentes. Se que no tengo que decirles esto, pero en ese mismo instante es cuando nuestra barca empieza a hundirse; empezamos a sufrir sin razón.
¿Por que nos hundimos? Porque quitamos nuestra mirada de Jesús. Empezamos a darnos cuenta de todas las cosas insignificantes, empezamos a dudar que Él es capaz de resolver cualquier y todo problema. Al igual que Pedro empezamos a dar voces al Señor "por favor ayúdame, me estoy ahogando." Nos da miedo porque lo que aparentaba ser una victoria fácil esta a punto de ahogarnos. Pero nosotros servimos a un Dios todo poderoso, servimos a un Dios lleno de gracia. Nosotros podemos dudar de Él en ocasiones, y hasta a veces le podemos fallar, pero en cuanto le llamamos, Él esta a nuestro lado dispuesto a darnos la mano y sacarnos antes de ahogar. Él esta ahí con su mano extendida diciendo vamos que yo te sacare. Gloria a Jesús por Su gracia infinita, gloria a Dios por su poder infinito, gloria a Dios por su perdón infinito, gloria a Dios porque Él es digno de toda alabanza.

Nosotros le fallamos y dudamos, pero Él siempre esta presente para restaurarnos. Él siempre esta presente lleno de amor para confortarnos. Él siempre esta presente para darnos esa paz que tanto deseamos. Él nos ha sacado de entre la poderosa y destructiva tormenta cual es el mundo. Él nos ha apartado para que no tengamos más sufrimiento. Para que tengamos vida eterna y vivamos en su Reino.

Nosotros le fallamos, pero Él nunca nos falla. En esos momentos cuando pensamos que no existe nadie quien nos puede ayudar, Él hace exactamente lo que necesitamos. Los problemas desaparecen y las preocupaciones se desvanecen. Lo que ante era una tormenta para nosotros ahora no es más nada que una simple brisa. Una brisa refrescante que nos conforta. Las olas poderosas que azotaban nuestra barca ahora no son mas nada que un bello rocío que nos refresca. No existe mas la tormenta, y nunca existirá una tormenta mientras mantengamos nuestra mirada fija en Jesús. Las cosas pueden aparentar malas, situaciones pueden lucir feas, pero si nos mantenemos firmes en nuestra fe, si no quitamos nuestra mirada de nuestro Señor, las tormentas se calman. Los discípulos llegaron exactamente a donde ellos iban sanos y salvos. Jesús le guío hasta allí. Él nos esta guiando igualmente hoy en día. Él nos esta guiando a que vivamos en el Reino de Dios. Él nos esta guiando lejos de las tormentas. Él esta derramando Su amor y bendiciones sobre cada uno de nosotros. Hermanos hemos llegado al lugar exacto donde Él nos quiere. Hemos llegados sanos y salvo porque Él lo a querido así.

Para concluir. Quiero dejarles con estos pensamientos finales; la fe es lo único que hace nuestro mundo girar.
Nuestra fe no pude flaquear en ningún momento. No podemos dudar nunca que Él esta presente en todo tiempo, en todas las cosas que hacemos. Él esta presente para guiarnos y ayudarnos no importa cual sea la situación. Nosotros podemos ver una situación o problema como algo que no tiene solución, y quizás para nosotros solos si lo es, pero no para Él. Cuando nos encontremos en esas situaciones, cuando las olas estén azotando nuestra barca y todo aparente estar perdido, es hora de mirar hacia el horizonte y verle acercar. Es hora de dejar atrás toda duda y empezar a caminar hacia Él por encima de las aguas. Es hora de decir "que día tan lindo."

Pastor Jose R. Hernandez

Nenhum comentário:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...