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Debemos entender que todo lo que
deseamos obtener en el plano natural, tenemos que conquistarlo primeramente en
la dimensión espiritual, a través de la fe. Al hacerlo quedará asombrado de todo
lo que puede lograr. "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los
antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra
de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía" Hebreos
11:1-3. Todos tenemos que enfrentarnos al temor, cuya meta es sacarnos del
propósito perfecto de Dios para nuestra vida y aún la de nuestra familia, pero
la única manera de vencerlo es con la fe. La fe viene de Dios y el temor
viene de el adversario; la fe nos lleva al éxito, el temor conduce al fracaso,
la fe produce un estado de ánimo positivo, el temor produce una estado de ánimo
negativo; la fe nos hace vencedores, el temor conduce a la derrota; la fe trae
gozo, el temor trae tristeza, el temor trae soledad, pero la fe produce
compañerismo con Dios.
No podemos permitir pensamientos de temor hacia
nuestra familia, hacia nuestro hogar. Esa misma fe que nos ha permitido ver
milagros, es la misma que debemos utilizar para ver la trasformación en nuestro
hogar. El autor de Hebreos dijo: "…por la fe entendemos". Usted tiene que
pedirle al Señor que abra su entendimiento para poder comprender que Él anhela
bendecirle en todas las áreas de su vida. El secreto es que en cada bendición
que Dios le dé, usted le dé la gloria solamente a Él. Nunca diga: "Lo logré con
mis fuerzas, lo que me ha traído esta prosperidad es mi poder", porque de esa
manera perderá la bendición. En todo dele la gloria a Dios. Pídale a Dios
entender, que a través de la fe usted puede tener el mejor hogar del mundo, no
uno de apariencias sino uno genuino. Un hogar verdadero se obtiene cancelando
argumentos. Cuando se cancelan argumentos, ya no hay barrera que distancie a las
parejas. Hay una confianza plena, porque la vida conyugal se basa en una vida de
confianza. A veces nosotros dejamos que el mismo sistema se encargue de
separarnos: distintos automóviles, distintas cuentas bancarias, distintos
trabajos, distintos espacios. Pero recordemos que la palabra "casados" significa
"casa para dos". Algunos creen que el amor en el matrimonio dura poco tiempo.
Pero, cuando el Señor reina en un hogar, cada día es nuevo y diferente. Hay una
nueva bendición, hay una nueva unción, hay algo especial. Cuando yo conocí a
Claudia, desde el primer momento supe que ella era la persona escogida por Dios
para mí. Cuando nos casamos, algo que admiré en ella fue su fe. ¡Ella creyó en mí! Ella creía en todo lo que
yo le decía. Y esa confianza se convirtió en un elemento que ha fortalecido
nuestro hogar. Hay tres columnas poderosas que me han ayudado a sostener el
matrimonio y el ministerio: Una de ellas es la confianza de mi esposa. Siempre
le digo al Señor que nunca quiero defraudar a la mujer que tuvo el valor de
confiar en mí. Otra es la confianza del Señor. En un principio, cuando nadie
creía en mí, el Señor sí lo hizo. La otra es la confianza de los hermanos de la
iglesia, que también han creído en mí. Todo ronda en la fe. Todo reside en
la confianza. Esto nos ha ayudado siempre a alimentar el amor en nuestro
matrimonio. Me enfoco siempre en sus virtudes, y no en los defectos. Esto ha
ayudado a fortalecer nuestra relación. Por eso, nuestras hijas son seguras,
porque ellas no ven peleas ni griteríos, sino armonía. Cuando nuestras hijas
hacen algo incorrecto, nunca nos encendemos en ira contra ellas. Siempre
hablamos y tratamos de hacerles entender. Cuando aplicamos un corrección, les
explicamos el motivo, no lo hacemos con ira, siempre lo hacemos con un corazón
sereno y con amor, porque uno no puede usar la disciplina para herir. Toda
disciplina es para formar y para edificar, nunca para maltratar o
destruir. Cuando hay fe, el hogar marcha. Debemos creer que vamos a tener el
mejor hogar del mundo, que nuestro matrimonio es para siempre, que nuestros
hijos son una bendición. Si lo que usted hace en su hogar no tiene el
ingrediente del amor, le es contado por pecado. Usted siempre debe hacerlo con
amor, y nunca ver que lo que da a su cónyuge y a sus hijos es una carga, o una
obligación. Cuando hace las cosas para su familia con amor y fe, Dios le bendice
y le prospera. No confiese lo negativo, no hable aquello que le pueda dar
argumentos al enemigo, por el contrario, cancele aquellas cosas adversas que han
venido en su contra. Pídale a Dios entender, que a través de la fe puede
cambiar la vida de su hijo. Hoy, usted puede comenzar a pintar cuadros acerca de
sus hijos. Ver sus vidas llenas de la presencia de Dios, ver sus corazones
rendidos al Padre, ver sus actitudes reflejando las de Jesús. Comience hoy a
declarar que cada uno de ellos cumplirá el propósito que Dios tiene para sus
vidas.
Pídale a Dios entender, que su familia será salva. Cuando mi
familia aún no conocía a Dios, pasé mucho tiempo en oración, identificando
argumentos que les impedían que llegaran al conocimiento de la verdad. Y en la
medida en que los fui cancelando, mi familia ha sido salva. Usted tiene que
pedirle al Señor que le dé entendimiento para orar sabiendo que su familia será
salva. Visualice, hoy, a través de la fe, que su hogar es uno lleno de paz,
de armonia, de respeto. Comience a declarar que en él mora la presencia de Dios
y que donde está la presencia de Dios, no hay necesidad de ninguna cosa. El
Padre le ama y anhela que usted, a través de la fe, tenga un hogar de
excelencia.
César Castellanos D. |
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